La forma de las gafas Oculus Quest fue el primer aspecto que atrajo al equipo de Aptiv. “Al compararlas con otras gafas, fue como comparar los nuevos smartphones con uno de esos primeros teléfonos móviles que parecían ladrillos”, dice Murray. “No había punto de comparación”.
O’Brien está de acuerdo: “no es viable implementar una solución que necesita un ordenador, un monitor, unos auriculares y un montón de cables”. “Las gafas Oculus Quest vienen en una cajita con todo lo necesario. Son mucho más fáciles de instalar que las de la competencia, los controladores tienen un diseño sencillo y la batería dura varias horas”.
Además, su implementación es más sencilla con Oculus for Business. “Tenemos que centrarnos en el contenido de las formaciones; lo último que necesitamos es tener que lidiar con problemas de software”, continúa O’Brien. Para la implementación inicial, él y Murray impartieron sesiones de formación en Europa y Norteamérica desde su oficina central.